En medio de un divorcio tan publicitado como su disco y su propia gira, la reina del pop vuelve a la Argentina para presentar, desde el próximo miércoles y en cuatro recitales, su show “Sticky & Sweet”.
Cincuenta años. Un promocionado divorcio inglés. Una gira que pesa toneladas en diamantes y equipaje. Cuatro noches agotadas en tiempo record en la única ciudad en la que subirá cuatro veces al mismo escenario. Una lista interminable de caprichos que hablan tanto de ella como de su reino. Una sola palabra, Madonna, que sirve para nombrarla, definirla, ¿abarcarla?
La reina del pop llega a la Argentina para llenar el estadio de River Plate el 3, 4, 6 y 7 de diciembre, en medio de su gira dulce y pegajosa "Sticky & Sweet", que la tiene girando por el mundo desde hace meses. Nada que no le haya permitido a esta súper mujer, seguir entrenando duramente cada día, divorciarse, viajar de un punto a otro del planeta, presentar un documental sobre los problemas del Sida y la pobreza en Malawi, el país africano donde nació su hijo David Banda, y sí, subirse al escenario y recrearse cada noche.
Porque su nuevo show tiene mucho de repaso de sus veinticinco años de carrera. Y un despliegue que sólo Madonna puede encabezar: 12 músicos, 18 bailarines de 20 nacionalidades, y un pasaje de una noche por todos sus estados musicales: la sexy interpretación del art déco de los años 20; la cultura callejera del Nueva York que la vio convertirse en ícono pop; un compendio de inspiración flamenco-gitano, y para cerrar, un toque de rave japonesa y futurista. O sea, Madonna en estado puro, luciendo ropa (350 toneladas de ella para un sólo show), con kilos de diamantes de Swarovski, y cambios de vestuario que se realizan en exactamente un minuto y medio gracias a la inmejorable ayuda de cinco asistentes que la esperan tras bambalinas para no hacer esperar a ese público que la sigue fielmente y pagó cinco veces el valor de la entrada en la reventa para verla de más o menos cerca.
Los temas "Candy Shop" y "Beat Goes On", de su nuevo disco, son las encargadas de darle la potencia inaugural a la noche; seguidas de "Human Nature", un guiño para su pequeña protegida supuesta heredera descarriada, Britney Spears.
La etapa retro llegará con "Vogue", y con la recreación de las calles neoyorquinas, en medio de animaciones del desaparecido artista Keith Haring, para darle lugar a "Into The Groove" y "Borderline". Y conocedora de su condición como es, también aprovechará a derribar a todos sus alter egos, cuando varias bailarinas aparezcan en el escenario, vestidas de las Madonna que ella misma fue: la Chica Material, la imitación de Marilyn Monroe; la del corpiño de conos metálicos, la mística..., y ella se dedique a destrozarlas mientras canta "She s Not Me".
El nuevo disco y sus grandes hits, más algunos momentos especialmente diseñados para la Argentina, como la versión de "You Must Love Me", que Madonna incorporó a la banda sonora de "Evita", el musical que la diva vino a filmar a la Argentina en 1996, serán parte de este show que está a pocos días de comenzar. Y que seguramente demostrará por qué esa mujer sigue renovando el misterio de la seducción que la mantiene, inalterable, en su reino pop.
Los caprichos de su majestad
Es un clásico. Cada diva -o divo- tiene su lista. Y ella, reina entre las reinas, no tenía por qué hacerse la humilde a la hora de pedir caprichos a su habitación. Madonna, que llegará acompañada por sus tres hijos, Lourdes, Rocco y David, y 220 personas más (entre bailarines,músicos, asesores de vestuario y quiroprácticos) pidió literalmente, de todo.
A saber: ocho camarines y cinco carpas para un catering exclusivo que incluye agua tónica, jugo de arándanos, cognac, oporto, tequila, snacks, galletitas de chocolate, chicles, crema de maní, rodajas de pepino y zanahorias bebé (o sea, pequeñas).
Además, sus tres hijos tendrán un camarín exclusivo y una sala de juegos para no aburrirse en la estadía argentina. A ella, reina pop y macrobiótica, la esperarán cada día tres tipos de té -de limón y equinácea, té helado de yerbamate y de granada-, bebidas energizantes, limones, miel orgánica y caramelos de miel. Además, un bowl de frutos azules:
arándanos, frambuesas y moras.Y por supuesto agua,mucha agua de marcas importadas. Como buena gimnasta que es,Madonna se traslada hasta aquí con 12 camas elásticas para el entrenamiento propio y el de sus bailarines.Y por supuesto, cien pares de rodilleras y diez valijas de suministrosmédicos.
Pero no todo es pedido. Buena parte de los delirios vienen en viaje con ellos. Es que Madonna trae exactamente 350 toneladas de vestuario, de las cuales cien toneladas son nadamás que de medias.
Un gran despliegue para un show digno de una reina. Eso que ella es.
Fuente: Rio Negro Online
MADONNA: La Reina no tira la toalla
domingo, 30 de noviembre de 2008
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Prensa Argentina
Publicado por Lore en domingo, noviembre 30, 2008